• De estos ecosistemas salieron los mayores logros culturales e históricos del Perú; sin embargo, representan un reto pues es ahí donde se encuentran las poblaciones más pobres y los recursos que nos permiten generar el crecimiento económico del país
  • Los Andes constituyen la cadena de montañas más larga del mundo, donde habitan alrededor de 85 millones de personas, lo que representa un 45% de la población total de los siete países andinos que atraviesan

Lima, 11 de diciembre de 2012: Se celebra en el mundo el Día Internacional de las Montañas, fecha oportuna para llamar la atención sobre la importancia que tienen los ecosistemas de montañas para la vida, así como señalar las oportunidades y las limitaciones que afronta el desarrollo sostenible de las zonas montañosas y crear alianzas que produzcan un cambio positivo en estas zonas de vida.

Este año, cuando se cumple el aniversario número 10 del Año Internacional de las Montañas celebrado en 2002, el Día Internacional de las Montañas está orientado a resaltar la importancia del desarrollo sostenible en dichas zonas, según estableció la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los Andes, que constituyen la cadena de montañas más larga del mundo, tienen más de 8 mil km. de longitud con una superficie de más de 2, 700,000 km2. Atraviesan Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, cubriendo el 33% del territorio de estos países andinos, donde habitan alrededor de 85 millones de personas, lo que representa un 45% de la población total de los siete países, convirtiendo a los Andes en la zona montañosa más habitada del mundo.

Constituyen el origen de las principales cuencas y fuentes de agua, y albergan una importante reserva de diversidad biológica y de población con conocimientos ancestrales. Además es origen de alimentos de relevancia mundial con un gran potencial para el desarrollo sostenible del país.

Si bien los Andes poseen una rica variedad de recursos biológicos, culturales y humanos, también se ven sometidos a varias presiones como el uso no sostenible de las zonas altas, un mayor crecimiento poblacional, los cambios en el uso del suelo, la creciente urbanización, la explotación insostenible de sus recursos y el cambio climático. Esto genera impactos negativos trascendentales en los bienes y servicios de los ecosistemas y en los medios de vida del poblador andino.

En el 2002, mediante Resolución 57/245, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de diciembre como “Día Internacional de las Montañas” a partir de 2003, y alentó a la comunidad internacional a que ese día se organizaran actos en todos los niveles para resaltar la importancia del desarrollo sostenible de las montañas.
En la última Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible – Río+20, celebrada en Río de Janeiro en junio, el Perú participó con una iniciativa llamada “Pabellón de Montañas”, un espacio en el que el Perú recordó que de las montañas salieron sus mayores logros culturales a nivel histórico pero que además es ahí donde se encuentran las poblaciones más pobres y los recursos que nos permiten generar el crecimiento económico del país.

Desde su creación el Ministerio del Ambiente (MINAM) promueve espacios de encuentro entre los actores principales en la temática de montañas, de manera que se articulen e impulsen acciones de cooperación conjunta en la gestión sostenible de las montañas en el país. Asimismo, aporta al proceso de recuperación y reconocimiento de las estrategias de manejo de los ecosistemas de montaña desarrolladas por las comunidades andinas, asociadas a la revalorización de la cultura, el conocimiento tradicional, la conservación y el uso de la agrobiodiversidad andina y la vinculación de estos procesos con la política de desarrollo e inclusión social.

Cabe destacar que el país viene trabajando la gestión de riesgos climáticos en las zonas de los glaciares y lagunas altoandinas. También ha previsto fortalecer los sistemas de observación climática, la institucionalidad y las capacidades en temas de glaciología y gestión del riesgo de la deglaciación; así como promover políticas públicas para la adaptación al cambio climático sobre la base de la gestión integrada de ecosistemas y recursos hídricos.